El ex Secretario José Antonio Meade Kuribreña señaló los costos que representará la cancelación del NAICM: mostró sus cuentas en una servilleta y levantó polvareda. SinEmbargo revisó las suyas durante su gestión en las secretarías de Desarrollo Social y Hacienda: las cifras de pobreza se publicaron bajo dudas por el cambio de la metodología, la ASF le observó el mal diseño de la Cruzada Nacional Contra el Hambre y, en materia de finanzas, la deuda se le fue a 10 billones de pesos y se recortó la inversión pública un 40.6 por ciento.
Ciudad de México, 1 de enero (SinEmbargo).- El cinco veces Secretario de Estado, José Antonio Meade Kuribreña, lleva una semana tuiteando sobre los costos de la cancelación del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México. El día de la consulta hizo pública su preferencia por el proyecto de Texcoco. Este fin de semana tuvo un intercambio con el titular de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), Javier Jiménez Espriú, y el lunes el Secretario de Turismo, Miguel Torruco Márques, también le cuestionó.
El también ex candidato presidencial priista tiene sus propias cuentas pendientes evidenciadas ya por la Auditoría Superior de la Federación (ASF) y por las mismas cifras de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) en materia de deuda pública e inversión –heredadas también de su amigo Luis Videgaray Caso– y en su desempeño como titular de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol).
«Podría seguirle dando vueltas, pero mejor pongamos número a la casa. Dejar de hacer el aeropuerto nos cuesta 145 mil millones de dólares. (Para iniciados: tasa de descuento del 15 por ciento real, y como costo, la mitad de la diferencia de aportación al PIB entre construirlo o no)», tuiteó el ex titular de Hacienda.
Días después, el economista insistió: «Hoy no estoy haciendo planas, sino cuentas. El que quiera revisar, recalcular, refinar, de donde salen los 145 mil millones de dólares, acá pueden verlo (una entrada en Facebook)».
El lunes el titular de Turismo escribió: “Muy curioso el activismo de @JoseAMeadeK con sus cifras. Mejor que nos aclare por qué no detectó, como titular de @SHCP_mx, los miles de millones de pesos de tanta transa que lograron poner a México en el penoso lugar 135 de las 170 naciones más corruptas del mundo ¿?” (sic).
Los usuarios de Twitter ya le habían cuestionado su presunta complicidad con las irregularidades en el desvío de recursos de la Secretaría de Desarrollo Social y la de Desarrollo Territorial y Urbano (Sedatu) enviados por su Hacienda y detectado por la Auditoría Superior de la Federación en la gestión de Rosario Robles Berlanga.
El ingeniero Jiménez Espríu se limitó a responderle por la misma red social: «La ‘enorme pérdida’ -145 mil millones de USD- que el ex Candidato presidencial y Ex Secretario de HyCP, José Antonio Meade le asigna a la cancelación del NAIM, son ‘las cuentas alegres de un hombre triste'».
Su tuit también generó rechazo entre algunos usuarios por omitir la cifra oficial del costo de la cancelación o por no responderle sobre el informe del Colegio de Ingenieros Civiles de México sobre la factibilidad del NAICM frente a la propuesta en la base militar de Santa Lucía.
Más allá de las reacciones, Meade acumuló sus propias cuentas durante su gestión en la Secretaría de Desarrollo Social (28 agosto 2015 – 6 septiembre 2016) y en la de Hacienda y Crédito Público ( 7 septiembre 2016- 27 noviembre 2017) antes de lanzarse como candidato presidencial y quedar en el tercer lugar de la preferencia electoral.
LOS NÚMEROS EN SEDESOL
José Antonio Meade estuvo a cargo del combate a los niveles de pobreza que se han mantenido en promedio en la mitad de la población mexicana durante los últimos treinta años de neoliberalismo, modelo económico por el que apostó el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), alma mater del ex Secretario de Sedesol del 28 de agosto de 2015 al 6 de septiembre de 2016.
Se pasó a la Secretaría de Hacienda con observaciones de la Auditoría Superior de la Federación sobre la mala implementación de la Cruzada Nacional contra el Hambre.
Las cifras oficiales publicadas en vísperas de las elecciones presidenciales muestran una reducción en niveles de pobreza y población cuyo ingreso es menor a la línea de bienestar (canasta alimentaria y servicios básicos).
En 2014, 55.3 millones de mexicanos vivían en pobreza (46.2 por ciento de la población) y en 2016 se redujo a 53.4 millones (43.6 por ciento). Además, de 63.8 millones (53 por ciento) por debajo de la línea de bienestar de 2014 se pasó a 62 millones (50 por ciento).
Sin embargo, antes de ser dadas a conocer, el Consejo Nacional para la Evaluación de Política de Desarrollo Social (Coneval), institución que emite estas cifras, advirtió ajustes en la metodología del levantamiento de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), clave para su medición.
Tras la polémica hace dos años, se emplea el Modelo Estadístico de Continuidad Histórica, que muestra la evolución del ingreso de los mexicanos e incorpora los elementos de la ENIGH que no fueron modificados.
Sin embargo, el investigador del Colegio de México, Julio Boltvinik Kalinka, aseguró en ese entonces a este medio que ese Modelo estuvo “cocinado” para poder anunciar que el número de pobres disminuyó en los últimos dos años, ya que solo es una proyección.
Boltvinik ha trabajado durante años en cálculos alternativos a los del Coneval y con los datos que hay, aseguró que la cifra de pobres actual no es de 43.6 por ciento de la población, sino de 45.1 por ciento, cuatro décimas menor a la de 2014, cuando la pobreza se ubicó en 45.5 por ciento.
LAS IRREGULARIDADES EN SEDESOL
A Meade Kuribreña también lo persiguen las auditorías de su antecesora en la Sedesol, Rosario Robles Berlanga (1 diciembre 2012- 27 agosto 2015). Y las propias de 2016 al frente de la dependencia.
La ASF observó durante el periodo de gestión de Robles que se realizaron adjudicaciones directas de Sedesol a universidades públicas o institutos de educación para diversos servicios, a pesar de que no poseen la capacidad técnica, material ni humana para cumplir con lo contratado.
Dichas instancias pagaban a terceros por los servicios, lo que generaba sobrecostos o en otros casos no se contó con la evidencia de la realización por parte de los proveedores. Algunas empresas no fueron localizadas y de otras se presume su vinculación con actos irregulares.
La Auditoría Superior de la Federación le observó probables daños al erario público por 6 mil 558 millones de pesos en las Cuentas Públicas 2013, 2014 y 2015 en programas y contratos de esta dependencia.
A su llegada a la Sedesol, le reclamaron usuarios de redes este fin de semana, Meade Kuribreña omitió investigar las irregularidades. Asimismo, acumuló las de su administración reveladas en 2017 y 2018 por el órgano fiscalizador en la Cuenta Pública 2016.
«En opinión de la Auditoría Superior de la Federación, a cuatro años de la instrumentación de la Cruzada Nacional contra el Hambre, la Sedesol, en su carácter de Presidente de la Comisión Intersecretarial para la Cruzada contra el Hambre, no acreditó que dicha estrategia constituyó una solución estructural y permanente para atender el problema de la prevalencia de la pobreza extrema alimentaria», concluyó sobre la gestión de Meade.
De los cinco componentes que debieron integrar el SNCH, en 2016 no operaron tres; la dependencia no sustentó que los 6.1 millones de personas que identificó y registró fueron pobres extremos alimentarios; no acreditó el presupuesto que se destinó a la Cruzada Nacional; no comprobó en qué medida se atendieron las carencias de cada una de las personas en pobreza extrema alimentaria, ni que su atención permitió que abandonaran esa situación.
También recibió observaciones sobre el mal diseño del programa de comedores comunitarios y de seguro de vida para jefas de familia.
LOS NÚMEROS EN HACIENDA
Tras la salida de Luis Videgaray Caso de la Secretaría de Hacienda por el escándalo de la visita de Donald Trump, su amigo Meade Kuribreña tomó el cargo del 7 de septiembre de 2016, año de turbulencias económicas, al 27 de noviembre de 2017.
No pudo hacer mucho frente a un monto de deuda pública total que orilló a las calificadoras internacionales a emitir un semáforo amarillo. Pero se benefició con los remanentes otorgados por el Banco de México (Banxico).
Videgaray le dejó un saldo de deuda total histórica de 9 billones 797 millones de pesos, el 48.5 por ciento del PIB en 2016. Ese año, Banxico obtuvo 321 mil millones de remanentes gracias a las remesas valuadas en dólares, en ese entonces arriba del piso de los 20 pesos por uno, de los cuales Hacienda empleó el 70 por ciento para saldar una parte del endeudamiento.
Para 2017, el año de gestión de Meade, la deuda quedó en 10 billones 031 millones de pesos, el 46.4 por ciento del PIB. A la par de este endeudamiento en cifras rojas, la desaceleración en inversión pública se reflejó en un crecimiento promedio anual de 2 por ciento (2.92 por ciento de PIB en 2016 y 2.07 por ciento en 2017).
De acuerdo con los datos de Hacienda, de 2016 a 2017 la inversión pública sufrió un recorte de 40.6 por ciento al pasar de 80 mil 262.50 millones de pesos a 50 mil 901.80 millones de pesos.
Solo a desarrollo social se le recortó el 71.2 por ciento y quedó en 12,081.7 millones de pesos frente a los 39,295.7 millones de pesos de 2016.
Estos gastos programados en inversión ya estaban establecidos en el Paquete Económico 2017 que le dejó por entregar la Hacienda de Videgaray.